I-Disposiciones interiores Siendo la vida eucarística eminentemente un estado de perfección, requiere en el alma tres disposiciones indispensables a saber: pureza habitual de conciencia, adorno de las virtudes cristianas y, sobre todo, amor; o para expresarlo con una sola palabra, la vida eucarística requiere que el alma sea un Cenáculo espiritual. Antes de todo, la vida eucarística requiere en el alma pureza habitual de conciencia. ¡Cosa admirable! Aquel Dios que para nacer se contentó con una gruta, y para vivir, con un pobre taller de carpintero, para instituir más tarde el Santísimo Sacramento, no quiso grutas ni pobres talleres, sino…