Oración inicial para cada día ¡Con qué confianza, con cuánta satisfacción vengo a tus pies, José Santísimo, implorar tu socorro y protección en mis necesidades! ¡Oh! yo no temo que no quieras oír mis ruegos, porque por experiencia sé que no te sabes negar al que con Fe te hace una súplica. Tú que en el mundo probaste todas las amarguras de la vida y que conoces bien las duras afecciones del corazón humano, ¿te harás sordo cuando algún mortal, con la Fe y el consuelo que inspira tu dulce nombre, te invoca y te descubre el centro de su…