Cristo crucificado y Eucaristia
Blog - Meditaciones Eucarísticas

EL CORAZÓN DE JESÚS ESTÁ DANDO EL MAYOR AMOR

Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos

(Jn, 15, 13)

Los tres puntos de vista

Los buenos cuadros, como los grandes espectáculos, para que puedan ser bien apreciados, deben mirarse desde su punto de vista.

El Cenáculo, cuando en él se instituye y se da de comer por vez primera la Sagrada Eucaristía, como el Sagrario en que se guarda la Eucaristía para ser comida unas veces, las menos, y despreciada otras, las más, tienen tres grandes puntos de vista: el huerto de Getsemaní, el corredor del patio de Caifás y la cima del Calvario.

¡Qué fatídicamente bien se ve desde esos tres puntos la suerte que espera en el mundo al mayor Amor de la Eucaristía!

¡Triste suerte la del mayor Amor sobre la tierra de los hijos de los hombres!

¿Cuál es el mayor amor?

Jesús definió el mayor amor entre los hombres el de aquel que da su vida por sus amigos. La Eucaristía es un amor mucho mayor, infinitamente mayor que el mayor amor entre los hombres.

Eucaristía es dar la vida por los amigos y por los enemigos, no una vez sino innumerables veces.

Jesús, Maestro mío, ¿me permites alargar tu definición del mayor amor?

Tú dijiste: «Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos…», a no ser el que ha inventado la Eucaristía para darla todos los días y todas las horas por sus enemigos ¡hasta la consumación de los siglos!

¡Éste sí que es el mayor amor perpetuado en una locura!

¿Cómo se paga el mayor amor?

Los demonios y su gente pagan ese mayor amor de Jesús Sacramentado con su odio mayor. ¿Conocéis odio que se parezca al de los impíos a Jesús, a su Iglesia y a sus instituciones?

Es odio de marca propia y de estilo especial.

Ese odio, después de todo, desde el punto de vista del diablo, es muy justo.

Éste y su gente, en definitiva, no tienen más enemigo que Jesús. Ésa es su paga.

Pero, ¿será justo que los cristianos le paguen, no ya con odio, sino con indiferencia o con amor menor?

¿Verdad que, si amor con amor se paga, el amor mayor de Cristo debe pagarse con el amor mayor del cristiano?

Es decir, con amor hasta el sacrificio y por toda la vida. Si el amor que tiene mi Jesús es amor de Hostia, yo debo ser para Jesús hostia de amor.

Si Jesús es mi hostia de todos los días y de todas la horas, ¿no debo yo aspirar y prepararme a ser su hostia de todas las horas y de todos los días?

San Manuel González García

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